PARTE DE GUERRA

Lo que está viviendo Venezuela es un escenario similar al que vivió Irak, Libia, Siria, Afganistán antes de ser reducidos a cenizas.

El franco deterioro de los sectores estratégicos son propios de la aplicación de la doctrina del shock de los que habló Naomy Klein.

Tenemos un gobierno aguevoniado y un soberbio grupo que se le opone, que su único interés es llegar al poder. ¿Quién se beneficia de este peo, seamos objetivos?

El enemigo no está en casa (algunas excepciones), está en la White house con la clave nuclear y chocando hielitos en un vaso de escocés.

En las guerras la primera víctima es la verdad, ese poder que se le ha conferido a los «periodistas», se parece tanto al mito de la «representación» propio del sistema «democrático» occidental. La retórica y discurso gobbeliano les deja ver las costuras. Estos miserables que actúan como jueces y censores, les llegará la hora que el pueblo que tanto manipulan los interrogue.

Otro centro de poder como la iglesia, no lo he visto ponerse al servicio de los más necesitados. Sus voceros solo aparecen cuando hay billete o hay que ponerles los leggings a cristo.

Agradecemos las emotivas lecciones de cómo vivir en Venezuela. que quieren darnos desde el exterior, los mismos que huyeron cuando las papas se pusieron duras.

Millenials descubren que en el Waraira Repano hay agua.

Las fotos de los «miserables» en las redes son parecidas a la de los indígenas en los museos. (En lo mediático se les admira y en la realidad se les margina).

Todo es explotable, los históricamente excluidos hoy son la imagen referencial de cada denuncia que se hace en nombre de la «libertad» y otros conceptos maniqueos productos de ese neolenguaje del poder. Diría un atrevido ricachón blandiendo un vaso de whiskie y engulléndo caviar «yo no sé, porqué a los pobres no les gusta esta vida». Los ricos también lloran, pero de risa.

Los narcisos «humanitarios» que hace menos de un mes querían entrar a Venezuela, para «ayudar», hoy se burlan de la problemática eléctrica que nos enfrentamos.
¿Las empresas de agua mineral en su mayoría privadas se han manifestado para ayudar al pueblo?

¿Dónde está el dinero recaudado en el concierto realizado en Cúcuta? ¿No era para ayudar a Venezuela, será que el filántropo Richard Branson, los embaucó y él, sencillamente estaba ampliando su negocio?

eeuu aprobó 500 millones de dólares para «ayudar» a Venezuela. Recuerden que a dos años del huracán María, el servicio eléctrico en la Isla no ha sido optimizado al 100%. Puerto Rico es una de las estrellas que adornan la bandera gringa y aún quedan secuelas en Nueva Orleans.

Es una ingenuidad política pensar que eeuu y otros países nos ayudarán, ellos tienen sus intereses bien claros. Los países no tienen amigos, tienen intereses y aliados. Los que predican solidaridad, ayuda y libertad son los que menos la practican.

En pleno peo que nos afecta a todos, existe quién se está lucrando y sacando provecho político. (Sólo un ser disociado es capaz de hacerlo), si así es con los servicios básicos, imagínese con un conflicto bélico prolongado.

A pesar de algunos hechos aislados el comportamiento del pueblo ha sido ejemplar. Todo lo contrario de la actitud de algunos politiqueros, medios y «celebridades» que creen padecer más que los demás.

Se debe dar un gran debate nacional que increpe a los políticos y figuras públicas, que los intereses colectivos deben estar por encima de los intereses individuales. (Es una ingenuidad)

La cargadera de agua me recordó el barrio de mi infancia, que lleva el nombre de ese mítico personaje que tanto hizo por sacudirnos ese imperio que hoy ya no habla español sino inglés, el maestro Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez Espinosa, donde cargue el agua pareja.

Un poeta comento si nos cortan la luz prendemos un fogón, si nos cortan el agua invocamos la lluvia o nos vamos al río, si esconden la comida el pan duro compartimos y el viejo Carlos cerró: no tenemos nada que perder salvo las cadenas.

Ayuda a tus vecinos, familiares y amigos.
Sólo el pueblo salva el pueblo.

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